COVID-19: tras la pista de los anticuerpos

Cultivar el virus SARS-Cov-2, el responsable de la pandemia de COVID-19, para obtener millones y millones de copias parece un contrasentido cuando lo que se busca es eliminarlo. Pero para conocer cómo se comporta el virus y el organimo humano ante la infección es indispensable para encontrar las herramientas para combatirlo.

En el Laboratorio de Infectología y Biología Molecular de la UC – que dirige la doctora Marcela Ferrés- la bioquimica Constanza Martínez ha dedicado sus esfuerzos a lograr que el virus se multiplique para estudiar los anticuerpos neutralizantes que el organismo produce ante la infección.

La doctora Ferrés explica que los anticuerpos neutralizantes son aquellos producidos por una persona infectada y que tienen la particularidad de neutralizar la multiplicación del virus. Este fenómeno de “neutralización” es posible de lograr en un ambiente de laboratorio. Allí, artificialmente, se cultiva el virus en niveles conocidos de manera que -enfrentado al suero del paciente- se puedan medir los niveles de anticuerpos neutralizantes que el cuerpo es capaz de generar después de la infección.

“No todos los pacientes desarrollan lo mismos niveles de anticuerpos. Por eso, es importante definir cuál es el título o nivel de cada uno y explorar también cuál es el nivel óptimo para considerar que se está protegido contra la infección del virus”, afirma la especialista.

Este concepto es muy importante también para evaluar la respuesta de anticuerpos que produce la vacunación. “Si un sujeto vacunado de acuerdo con los esquemas recomendados es capaz de producir los niveles de anticuerpos neutralizantes probado para inhibir la multiplicación del virus es una señal de que la vacuna funciona”, dice la doctora Ferrés.

Para estimular la producción de anticuerpos neutralizantes para SARS-CoV-2, en la UC se trabaja con células de riñón, que son receptivas para este virus (entre muchos otros) lo que facilita el aislamiento de ellos para estudios posteriores. Estas mismas células son las utilizadas para el estudio de anticuerpos contra el virus Hanta. Sin embargo, advierte, la doctora Ferrés, este es un virus difìcil de cultivar y son muy pocos los casos exitosos de aislamiento que se han logrado en el mundo.

“El SARS-CoV-2 es un virus que crece con facilidad en el cultivo celular. Sin embargo, no puede hacerse este procedimiento más que en un laboratorio de bioseguridad nivel 3 de acuerdo con las normas de la Organización Mundial de la Salud. Nuestro Laboratorio de Infectología y Biología Molecular es uno de los pocos que cumple con esas normas en Chile”, dice la doctora Ferrés.

 

 

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