Terapeutas caninos en los hospitales

En Chile, casi 5 millones de hogares tiene al menos una mascota. En la mayoría, perros. Verlos caminando por los pasillos de un hospital es todavía una novedad. Pero ya hay muchos estudios que afirman que su compañía contribuye al bienestar emocional de los pacientes, lo que favorece su recuperación y hace más amable su experiencia hospitalaria.

Esa es la razón por la que el Ministerio de Salud emitió el 19 de junio circular  en la que el Programa Nacional de Infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS) reconoce la importancia de la interacción entre los pacientes y animales de compañía y la relevancia de avanzar con ello a una atención más humanizada.

La autoridad sanitaria advierte, sin embargo, que “la incorporación de animales en entornos clínicos debe llevarse a cabo bajo estrictas medidas de prevención y control de infecciones sustentadas en la mejor evidencia científica posible a fin de proteger la seguridad de los pacientes, el personal de salud y los propios animales”.

El Programa Nacional IAAS desarrolló orientaciones que compatibilizan los principios de seguridad asistencial con una atención más cercana y humanizada. Estos lineamientos se refieren a la autorización, ingreso y manejo controlado de perros como animales de compañía en hospitales de atención cerrada en contextos autorizados “incorporando prácticas seguras que prevenga y controlen el riesgo de infecciones asociadas a la atención de salud”. La circular no considera el ingreso de otras especies animales.

Recomendaciones

El Minsal enumera recomendaciones de organismos internacionales sobre el tema que se refieren tanto paciente como a la mascota.

Por ejemplo, no se recomienda la visita en pacientes con compromiso inmunológico, alergias conocidas a mascotas, rechazo o miedo a los animales, pacientes con precauciones de contacto -incluyendo pacientes con agentes con resistencia a los antibióticos- o pacientes en unidades alto riesgo en los que se sugiere una evaluación caso a caso.

Los perros, en tanto, deben tener más de un año, sus vacunas y antiparasitarios al día lo que debe estar certificado por un veterinario, no deben tener heridas o lesiones, deben haber sido bañados en un tiempo no mayor a 24 horas y cepillados en el periodo previo inmediato a la visita. También tiene que llevar una capa limpia que debe ser puesta al ingreso si es que está pelechando.

La doctora María Cristina Ajenjo, asesor médico del Observatorio de Enfermedades Infecciosas UC, agrega que también debe haber un protocolo en caso de un accidente como una mordedura del animal. En cualquier caso, agrega, “son muchos más los posibles beneficios, especialmente en niños,  que los riesgos cuando se tiene un protocolo claro y animales sanos y bien controlados”.

En resumen, previo a la visita, un veterinario debe certificar que el animal se encuentra en perfectas condiciones de salud y que su conducta habitual garantiza un encuentro seguro tanto para el paciente como para el personal de salud.

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