La pandemia plantea muchas preguntas aún sin respuestas

El COVID-19 sigue planteando todavía preguntas para las que los expertos ni tienen aún respuesta. Por eso, el doctor Gonzalo Valdivia -especialista en salud pública y académico de la Universidad Católica- advierte que a la hora de emitir juicios de opinión debe primar la prudencia.

“Se requiere de un análisis de la información que estamos conociendo día a día. Tenemos muchos vacíos de información. Esta enfermedad es menos nueva que el año pasado, pero muy joven en su evolución para conocer su historia natural”, afirma.

El especialista resume la situación actual en un alza importante de la circulación viral, que está en niveles más intensos que los registrados en junio o julio del año pasado. Una circulación que es ampliamente comunitaria, que no está restringida a grupos específicos sino que el virus circula libremente.

Lo que también marca la diferencia es la diseminación de la enfermedad y el uso de los recursos hospitalarios es hoy homogénea en todo el país.

En opinión del doctor Valdivia, Chile ha desarrollado una capacidad muy importante de generar diagnóstico a través del testeo, con cifras que son estables en el tiempo.

“Esto es muy relevante porque en ambientes de gran circulación viral se requiere tener una amplia capacidad de diagnóstico. Una debilidad de la respuesta sanitaria a la pandemia ha sido la identificación temprana de las personas y sus contactos más estrechos y el aislamiento de las personas que están en riesgo de enfermar o ya están cursando la enfermedad”, dice.

El sistema de salud

Aunque reconoce que el sistema de salud está exigido al máximo, descarta un colapso. Eso significaría, dice, el desplome completo de sistema sanitario. “Ello no ha ocurrido, el sistema no ha perdido su capacidad de respuesta”, asegura.

Rescata que las autoridades hayan tomado la decisión de aumentar la capacidad de oferta, incluso considerando que “ya sabemos que no siempre estarán las mejores condiciones de operación. El recurso humano calificado no es fácil de conseguir”. Hoy, dice, es materialmente imposible trasladar enfermos de una región a otra porque las camas críticas escasean en todo el país.

¿Qué se viene?

Algunas de las preguntas para las que todavía no hay respuestas es el nivel ni la extensión de la inmunidad que esta enfermedad deja. El doctor Valdivia dice que los expertos sospechan que sería al menos de seis meses, si se compara el SARS-COv-2 con otros agentes infecciosos similares.

“Tampoco sabemos si la respuesta inmune tiene relación con la severidad de la enfermedad. Esto es muy importante porque hay más de un millón de personas confirmadas con PCR positivo, las que podrían ser muchas más ya sea porque las personas no tuvieron síntomas o no accedieron al diagnóstico por alguna razón”.

Se supone, dice el doctor Valdiva, que este millón de personas debiera tener inmunidad activa y a ellas deben sumarse las personas que ya han sido vacunadas.

Al evaluar la campaña de vacunación contra el SARS-CoV-2, el especialista la califica como un éxito sanitario y asegura que el plan partió rápida y oportunamente. Pero hoy -lamenta- la situación es diferente y más compleja. Por la presión de contar con vacunas en cantidad y oportunidad suficiente, “se ha producido una tensión mundial muy importante y los países desarrollados han sido muy poco generosos”.

A pesar de todo, confía en la producción de nuevas vacunas y en la posición ventajosa que tiene nuestro país por el convenio con SINOVAC y que ha permitido la realización de estudios locales para medir la eficacia de la vacuna en un ambiente real de aplicación.

Esta semana, afirma el doctor Valdivia, es esencial para conocer los niveles de protección de la vacuna así como para establecer el porcentaje de las personas que tienen inmunidad ya sea por enfermedad o por vacuna.

El especialista cree que Chile alcanzará inmunidad de rebaño, aunque el tiempo en que ello ocurra dependerá de muchos factores. Entre ellos, la disponibilidad de vacunas y que las cuarentenas se traduzcan efectivamente en una reducción de la circulación viral en los niveles esperados.

 

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