Enfermedades infecciosas: la otra cara de la crisis venezolana

Del que fuera uno de los países más ricos del continente, Venezuela, han salido en los últimos años alrededor de 3 millones de personas.
El doctor Manuel Guzmán, jefe de infectología del Hospital Vargas de Caracas, advierte que es muy importante que las naciones que reciben a los migrantes venezolanos conozcan la realidad sanitaria de su país: “No solo traen su equipaje, también sus enfermedades y los servicios sanitarios de los países que los acogen deben estar informados y preparados para hacer frente a los desafíos que la migración representa”.
La realidad sanitaria que viven los más de 32 millones de habitantes es hoy muy distinta a la de hace dos o tres décadas. En pocos años, se ha desandado mucho camino -dice el doctor Guzmán- y muchas patologías que parecían olvidadas han resurgido con fuerza.
La crisis económica y social ha incidido notoriamente en el aumento de enfermedades infecciosas y también de las muertes por estas causas.
Infecciones prevenibles por vacunas
Desde hace años -dice el especialista- ha disminuido la inmunización contra enfermedades prevenibles por vacunas y la cobertura actual es preocupante tanto por el relajamiento en las campañas como por la poca disponibilidad de vacunas en el sistema sanitario.
Los casos de difteria y sarampión se dispararon. Actualmente se registran 1.900 casos de difteria y más de 4.000 de sarampión, con altas tasas de mortalidad.
“El último caso registrado de difteria fue 1992”, cuenta el doctor Guzmán. En 2016 la enfermedad volvió a aparecer en la zona sur del país, en el límite con Brasil y desde allí comenzó a expandirse hacia otras regiones. La epidemia está activa y se espera que se prolongue aún por dos o tres años.
En diciembre de 2016, la Organización Panamericana de la Salud certificó a Venezuela como nación libre de sarampión. Pocos meses después, en septiembre de 2017, la enfermedad estaba de vuelta. “Es una enfermedad grave. No hay que olvidar que en los ’90 era la primera causa de muerte infantil en el mundo”, afirma.
Además del descenso en la cobertura de las vacunas, el país vive también una situación difícil para acceder a medicamentos entre los que se cuentan los antibióticos.
También hay enfermedades infecciosas marcadas por la pobreza como la tuberculosis. Si en 2016 hubo 6.000 casos en 2017 superaron los 100.000 con una incidencia de 34 por 100.000 habitantes. En Chile, la incidencia es de 14 por 100.000 habitantes
Infecciones transmitidas por vectores
Dengue, Zika, Chinkungunya, malaria son infecciones transmitidas por mosquitos. El doctor Guzmán cuenta que si hasta hace pocos años menos del 1% de las viviendas en zonas urbanas tenían ejemplares de Aedes aegypti actualmente se encuentran en más del 20%.
La que más preocupa a los expertos es la malaria o paludismo porque Venezuela había logrado una disminución espectacular en el número de casos y hoy la situación es inversa. Si hace dos o tres décadas se registraban 4.000 casos anuales,, en 2016 se registraron más de 200.000 y en 2017 se superó la barrera de los 300.000 casos, con muchas muertes, a lo largo y ancho de todo el país.
La causa es una combinación de factores ecológicos, sociales y políticos, asegura el doctor Manuel Guzmán. Ecológicos porque los mosquitos que transmiten la enfermedad han desarrollado resistencia a los repelentes; sociales porque las condiciones sanitarias en que viven los venezolanos se han deteriorado y políticos porque el sistema de salud venezolano se ha empobrecido y vuelto menos eficiente.
El doctor Manuel Guzmán no pierde la esperanza. Reconoce que el hecho de que por mucho tiempo la situación de las enfermedades infecciosas y la realidad de la salud en general no se hizo visible, eso ha cambiado en el último tiempo y ha permitido tomar algunas medidas como aumentar la cobertura de vacunación, disponer de más medicamentos para tratar la difteria o la malaria, por ejemplo, entre otras enfermedades.